Este estudio busca entender cómo influye el entorno social, como la familia, los amigos, la comunidad y los servicios disponibles, en el desarrollo de la fragilidad en las personas mayores. La investigación tiene dos objetivos principales: por un lado, observar cómo cambia la fragilidad con el tiempo según el entorno social de cada persona, y por otro, conocer las experiencias de las personas mayores que se perciben frágiles para entender el significado de la fragilidad y su relación con el ambiente social.
Lo novedoso de este proyecto es que sigue a las personas a lo largo del tiempo y combina el trabajo de profesionales de distintas áreas, como la medicina, la psicología, la sociología, la terapia ocupacional, la enfermería y el trabajo social. Esta colaboración entre disciplinas permite tener una mirada más completa y profunda sobre un tema tan complejo como la fragilidad en la vejez, especialmente en América Latina, donde aún se ha investigado poco al respecto.
La investigadora responsable es Alejandra Araya.