Noticias

Aumenta la sobrecarga del trabajo de cuidado en Chile

Dos mujeres sentadas en el living de su casa, una de ellas es una mujer mayor y la otra su cuidadora

Preocupa la falta de igualdad en la distribución de tareas y el aumento en la sintomatología depresiva y sentimientos de soledad entre las personas cuidadoras.

La intensidad del trabajo de cuidados, realizado mayoritariamente por mujeres en Chile, aumentó en promedio media hora diaria con respecto a 2023, según un estudio del Instituto Milenio para la Investigación del Cuidado (MICARE).

Los hallazgos corresponden a la segunda ola de seguimiento del Estudio MICARE: Personas Cuidadoras y Trabajo de Cuidado en Chile, el de mayor envergadura en su tipo y el único centrado completamente en las personas cuidadoras.

Comenzó en 2023 con encuestas a cerca de 3 mil personas que realizan tareas de cuidado de personas mayores en situación de dependencia y de personas con discapacidades intelectuales y del desarrollo tanto en instituciones como en sus domicilios. La segunda etapa profundiza en la situación de quienes continúan cuidando en sus hogares, analizando datos de más de mil personas cuidadoras en las regiones de Coquimbo, Valparaíso, BíoBío y la Región Metropolitana.

Según el análisis, un año después de la primera encuesta las mujeres representan el 77% de quienes cuidan a personas mayores en situación de dependencia y el 92% de quienes apoyan a personas con discapacidad intelectual y del desarrollo. En el caso de quienes cuidan a personas mayores, en su mayoría se trata de madres, hijas o esposas que dedican un promedio de 15.4 horas diarias al cuidado, cifra que supera las 14.9 horas registradas en 2023.

“La feminización del cuidado sigue siendo una realidad estructural. Las mujeres no solo asumen la mayor parte del trabajo de cuidado, sino que lo hacen con una intensidad que ha ido en aumento posiblemente debido al aumento en las necesidades de cuidado”, señala Beatriz Fernández, académica del Instituto de Sociología de la Pontificia Universidad Católica y directora del estudio.

Realidad compleja

Otro de los datos preocupantes del estudio fue el aumento de sintomatología depresiva moderada entre quienes cuidan a personas mayores, con un alza de 5,2 puntos porcentuales con respecto al 2023.  La investigación también detectó un incremento en la percepción de soledad en ambos grupos de cuidadores.

“Aunque muchas personas cuidadoras valoran su rol y se sienten útiles, esto no las protege del desgaste emocional. Estamos viendo un aumento en la sintomatología depresiva y en el sentimiento de soledad, lo que debe ser atendido con urgencia”, advierte Fernández.

El análisis aborda por primera vez la experiencia de quienes han dejado de cuidar. De un total de 180 personas en esta situación, el 45% dejó de cuidar debido al fallecimiento de la persona cuidada, mientras que el 21% lo hizo por redistribución de responsabilidades. Entre quienes dejaron de cuidar, un 46% declaró sentirse más satisfecha con su tiempo de descanso, aunque un porcentaje similar estaría dispuesta a asumir nuevamente el rol de cuidador «sin dudarlo», mientras que un 24% preferiría no volver a asumir esa tarea.

“Hay un vacío importante en el apoyo que reciben quienes dejan de cuidar. Estas personas atraviesan procesos de duelo, reconfiguración de rutinas y muchas veces de identidad. Es un momento crítico que merece mayor atención”, afirma la directora del estudio.

Los hallazgos de esta segunda ola de seguimiento del Estudio MICARE subrayan la urgencia de fortalecer las redes de apoyo para cuidadores informales y avanzar hacia una mayor corresponsabilidad social del cuidado.

“Este estudio busca visibilizar las múltiples dimensiones del cuidado. El desafío es construir políticas que reconozcan esta complejidad y ofrezcan apoyo concreto a quienes cuidan, hayan cuidado o vayan a cuidar”, concluye Beatriz Fernández.